Maternidad tardía también tiene beneficios

 

Maternidad tardía

 

 

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España, la edad media a la que se tiene el primer hijo sigue incrementándose. Según los datos consultados, en 2002 se situaba en 29,52 años, mientras que en 2022 esta edad aumentó hasta los 32,20 años.

Estadísticas sobre maternidad tardía

¿Qué se considera maternidad tardía?

Cuando hablamos de maternidad tardía, nos referimos a la decisión de ser madre de un primer hijo a partir de los 35. Aunque actualmente la media de edad a la que se tiene el primer hijo en España no sea esta, no se puede obviar el retraso que se está produciendo para ser madre ya que, si la tendencia sigue, en pocos años se habrán alcanzado los 35 como la edad a la que se tiene el primer hijo. Para entenderlo, es necesario nombrar los cambios sociales, culturales y vitales que se han producido en la sociedad ya que, probablemente, sigan manteniendo esa tendencia.

¿Por qué se retrasa la decisión de ser madre?

Tradicionalmente se ha otorgado a la mujer el rol de la crianza, el cuidado y de las tareas domésticas, el papel de madre era considerado como inherente a la identidad de mujer, se educaba y enseñaba para ello. La maternidad era el objetivo vital prioritario, llegando a quedar excluidas del ámbito educativo y laboral, lo que les ponía en una situación de dependencia total respecto al otro miembro de la pareja.

Dado que en la sociedad actual la mujer tiene acceso a la enseñanza, la educación, el mercado laboral y al libre ejercicio de la autonomía reproductiva (decidir si quiere ser o no madre, cuándo es el momento adecuado, etc.), la maternidad ha quedado relegada, ya no se considera una meta a alcanzar ni una parte fundamental de la identidad de ser mujer, sino una decisión libre, consciente y voluntaria.

En este sentido, actualmente hay más mujeres que priorizan el trabajo externo frente al doméstico, otorgan más importancia a la autorrealización personal, a aspectos como la formación académica, el desarrollo y carrera profesional, la independencia y estabilidad económica, tener y disfrutar de tiempo para viajar, divertirse, etc., o encontrar a la persona adecuada con la que se comparten valores, principios y creencias y con la que crear un proyecto en común.

La presión social por la decisión de retrasar la maternidad

Pero, aunque ser madre a una edad más avanzada cada vez es más frecuente, sigue viéndose de forma negativa. Dado que se da por hecho que ejercer la maternidad forma parte de su identidad y objetivos vitales, las mujeres están sometidas a una gran presión social que aumenta con la edad y la llegada de la premenopausia, ¿Cuántas veces has escuchado que se le pregunta a una mujer cuándo va a tener hijos?, ¿y que se le va a “pasar el arroz”? Por supuesto, estas preguntas pueden resultar hirientes pues se hacen de forma trivial, sin tener la información suficiente y desconociendo cuáles son las condiciones y circunstancias de la vida de la persona.

También implica luchar contra el estigma social de ser “demasiado mayor”, “sujeto de riesgo” o incluso “irresponsable”, y esto puede influir negativamente en las interacciones con otras personas y contextos. Si bien es cierto que la probabilidad de que aparezcan complicaciones en el embarazo y/o parto aumentan, distintos estudios confirman que la edad del padre también influye negativamente; sin embargo, ellos no tienen ese estigma, a nadie la asombra que un hombre sea padre con 50 años.

Y, junto con lo anterior, pueden surgir miedos respecto al futuro relacionados con la distancia generacional, con cómo sobrellevarán la crianza y la adolescencia, los comentarios que recibirá el/la menor sobre la edad de sus padres, etc. Estos miedos suelen desaparecer rápido pues la realidad es que cada vez son más las parejas que tienen hijos con mayor edad y que nos podemos adaptar a cosas nuevas… hace unos años nadie hubiese dicho que nuestros padres o abuelos utilizarían WhatsApp.

La maternidad tardía también es positivo

Pero ser madre pasados los 35 también tiene aspectos positivos de los que se puede beneficiar la crianza. La maternidad no es una tarea sencilla, si bien se genera un vínculo con el hijo/a que no se puede igualar con cualquier otro, también supone un gran desafío en el que pueden aparecer el estrés, la frustración, la ansiedad o incluso síntomas depresivos. Las madres de edad más avanzada cuentan con una mayor madurez emocional, más paciencia, más resiliencia y mejores estrategias de regulación emocional con las que gestionar esas emociones, de forma que no se vuelvan patológicas.

Mayor estabilidad emocional

Además, también experimentan menores niveles de estrés que las madres más jóvenes. Esto posiblemente se deba, además de lo anterior, a que han alcanzado más metas y objetivos, por ejemplo, a nivel laboral, permitiéndoles vivir la maternidad de forma más tranquila y relajada, frente a mujeres que deben compatibilizar la crianza con el progreso de su carrera profesional.

Y aunque los riesgos en el embarazo y/o parto son mayores, también suelen estar más informadas respecto a las posibles complicaciones, lo que hace que presten más atención a su salud, practiquen hábitos de vida saludables, lleven un control riguroso durante el embarazo y sigan a la perfección las indicaciones médicas. La información es poder y contando con ella se puede actuar de forma que los riesgos se minimicen lo máximo posible.

Mayor estabilidad económica

Por último, también cuentan con una mayor estabilidad económica que les permite tener medios disponibles para cubrir, por ejemplo, las necesidades básicas del/de la menor hasta que se emancipe o los gatos derivados de su formación académica. Además, el mayor poder adquisitivo también facilita la planificación y organización (y, por tanto, menor estrés, frustración, ansiedad, etc.), pues pueden contar con recursos que faciliten la conciliación familiar y laboral.

Así que sí, aunque la maternidad tardía suele ser un tema controvertido y de debate, en el que principalmente se destaca lo negativo, también tiene aspectos positivos que pueden hacer del ser madre una tarea más llevadera y satisfactoria.

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