El útero es uno de los órganos reproductivo, junto con los ovarios y las trompas de Falopio (donde tiene lugar la fecundación el óvulo) más importante, ya que en él se gesta al bebé durante las 40 semanas. La existencia de malformaciones uterinas puede influir negativamente en la fertilidad femenina, ya sea provocando fallos de implantación o abortos de repetición.
¿Qué son las malformaciones uterinas?
Las malformaciones uterinas son anomalías en la estructura anatómica del útero que pueden estar presentes desde el nacimiento o desarrollarse a lo largo de la vida. Estas condiciones se presentan de forma muy variable, lo que determinará la posible repercusión que pueda tener a nivel reproductivo.
Clasificación de las malformaciones uterinas.
Existen diferentes tipos de alteraciones uterinas, entre los que cabe destacar:
Útero arcuato
El útero arcuato es una variante del útero normal en la que se presenta un pequeño septo que se extiende hacia el interior del útero, dividiéndolo parcialmente. Aunque esta característica puede ser identificada en estudios de imagen, en la mayoría de los casos, no afecta significativamente la capacidad del útero para llevar a cabo un embarazo de manera exitosa. En consecuencia, el útero arcuato no suele ser considerado un factor de riesgo importante en términos de infertilidad, y la presencia de esta malformación generalmente no se asocia con complicaciones significativas durante el embarazo o el parto.
Agenesia o hipoplasia mülleriana
Hablamos de agenesia cuando existe ausencia total de útero y, en ocasiones, de Trompas de Falopio, cérvix y parte de la vagina. En estos casos, el desarrollo sexual externo de la mujer es normal y habitualmente los ovarios no presentan alteraciones pero al no disponer de útero la gestación no es posible por medios habituales.
Hablamos de hipoplasia uterina cuando encontramos úteros de menor tamaño al habitual, este ttipo de malformación asocia complicaciones durante la gestación como abortos precoces y prematuridad.
Útero unicorne
En estos casos el útero es de menor tamaño, con una única Trompa de Falopio. Este tipo de alteración no causa infertilidad total pero sí existe mayor riesgo de complicaciones, parto prematuro y cesárea. Así como de embarazo ectópico.
Útero didelfo
Se conoce también como útero doble ya que presenta dos cavidades uterinas independientes con la posibilidad de presentar así mismo dos cérvix independientes. La capacidad reproductiva podría no verse comprometida pero si existe asociación a complicaciones durante la gestación asociadas a pematuridad.
Útero bicorne
La mujer presenta dos cavidades uterinas simétricas, pero no están completamente desarrolladas. La hendidura que las separa está formada por miometrio, una capa muscular, cuyo tamaño puede afectar al desarrollo del feto y aumentar el riesgo de aborto y parto prematuro.
Útero Septado
Es la malformación de útero más frecuente. En este caso la cavidad uterina se encuentra separada por un tabique o septo. La longitud del septo es variable y marcará el pronóstico reproductivo y por ende la necesidad de actuación. La corrección se realiza de forma endoscópica , habitualmente con buenos resultados.
¿Qué causa las malformaciones uterinas?
El útero es un órgano muscular en forma de pera invertida, situado ligeramente debajo de los ovarios, en el centro del abdomen inferior. Aproximadamente el 5,5% de la población femenina padece alguna alteración uterina y por regla general éstas son congénitas, lo que significa que existen desde el nacimiento. Sin embargo, en algunos casos, también pueden aparecer debido a una patología posterior. Sus principales causas suelen ser:
- Problemas genéticos que pueden ser o no hereditarios.
- Exposiciones a radiaciones durante el desarrollo embrionario.
- Infecciones intrauterinas durante el embarazo.
- Medicamentos como el dietilestilbestrol y la talidomida.
¿Cómo se diagnostican las malformaciones uterinas?
En la mayoría de los casos, las malformaciones uterinas son asintomáticas, siendo un hallazgo en el contexto de un estudio de infertilidad o subfertilidad. Las pruebas diagnósticas complementarias que se realizan son:
Ecografía transvaginal.
Es una prueba rutinaria que suele realizarse también en las revisiones ginecológicas rutinarias.
Histerosalpingografía (HSG).
Se trata de una radiografía con contraste que valora la cavidad uterina pero principalmente la permeabilidad tubárica.
Histeroscopia (HSC).
En esta prueba endoscópica que permite visualizar la cavidad uterina por dentro a través de la vagina.
Si estás buscando el embarazo sin éxito, pide cita y estudiaremos tu caso de forma personalizada para que puedas cumplir tu sueño de ser madre.