Sangrado de implantación: por qué sucede y cómo identificarlo

 

 

sangrado de implantación

Saber reconocer los síntomas del sangrado de implantación y diferenciarlo de la menstruación o de un posible aborto, es una preocupación muy frecuente entre las mujeres que están buscando un embarazo.

Aunque no siempre se produce, es importante entender por qué sucede, cómo podemos identificarlo y en qué casos sería conveniente consultar con el especialista.

 

¿Qué es el sangrado de implantación?

Nos referimos a sangrado de implantación cuando se producen pequeñas pérdidas de sangre, como consecuencia de la adherencia del embrión a las paredes uterinas.

Este leve sangrado es relativamente común, algunas mujeres pueden experimentarlo y otras no, puede confundirse con una menstruación ligera y no es síntoma de mal pronóstico.

Por norma general, los síntomas del sangrado de implantación suelen ser leven, desaparecen en poco tiempo y no necesitan ningún tipo de tratamiento ni de cuidados, más allá de asegurarnos de que, efectivamente, se trata de este tipo de sangrado y no de pérdidas de sangre causadas por otros motivos.

 

¿Por qué se produce?

Durante las primeras fases de la gestación, se forman muchos pequeños vasos sanguíneos que van a permitir que el embrión recién implantado reciba nutrientes de la madre.

Estos vasos, que irán creciendo, según avance el embarazo, inicialmente son extremadamente finos y frágiles y, en ocasiones, alguno puede romperse causando un pequeño hematoma o un leve sangrado, y, por este motivo, se le llama de sangrado de implantación.

¿Cómo podemos identificarlo?

Como ya hemos dicho, puede confundirse, a veces, con una menstruación ligera, o incluso con una posible pérdida del embarazo. El sangrado de implantación es un motivo frecuente de preocupación y genera dudas por el miedo a confundirlo precisamente con un aborto.

Muchas mujeres, también se muestran preocupadas si no aparece este sangrando, y pueden llegar a pensar que no han logrado el embarazo por este motivo.

Por eso, es importante tener claras las características y los síntomas del sangrado de implantación.

¿Cúando se produce el sangrado de implantación?

Si hablamos de un embarazo natural, lo normal es que se produzca entre las semanas 4ª y 6ª de gestación, es decir, de 10 a 14 días después de que se haya producido la fecundación del óvulo con el espermatozoide.

En el caso de que se haya realizado una transferencia embrionaria tras un proceso de fecundación in vitro, este sangrado podría producirse unos días después de la transferencia o durante las dos semanas siguientes.

Diferencias entre el sangrado de implantación y sangrado menstrual

El color

Es importante prestar atención a la coloración de la sangre. Habitualmente se identifica la menstruación por un color más rojizo, mientras que el sangrado de implantación tiene una tonalidad más marrón.

La cantidad de sangre

Habitualmente, el flujo del sangrado de implantación suele ser muy ligero, a veces unas gotas o incluso un leve manchado, ya que procede de la rotura de los vasos sanguíneos uterinos más superficiales. La menstruación, por su parte, aunque depende de cada mujer, sí que suele ir acompañada de mayor flujo de sangre. Además, en el sangrado de implantación el flujo de sangre suele ser constante, mientras que en la menstruación lo habitual es que el sangrado se vaya incrementando poco a poco.

La duración

El sangrado de implantación suele durar entre 1 y 3 días, mientras que la menstruación puede alargarse, dependiendo de cada caso, pero el sangrado se prolonga de 2 a 7 días, por norma general.

Las molestias

Lo normal es que el sangrado de implantación no vaya acompañado de dolor. En ocasiones, pueden aparecer algunas molestias o calambres en la zona baja del vientre, pero suelen ser muy leves. En el caos de la regla, además, ya sabemos que puede ser precedida de los síntomas premenstruales, si soléis sufrirlos seguro que sabréis reconocer la llegada de la regla.

 

diferencia entre menstruación y sangrado de implantación

¿Por qué ocurre unas veces sí y otras no?

Según las estadísticas, aproximadamente 1 de cada 3 embarazadas `pueden llegar a experimentar este tipo de sangrado durante la implantación embrionaria. Aunque, para muchas mujeres, puede pasar totalmente inadvertido. Es decir, no existe una norma o un estándar, ni es indicativo de la evolución del embarazo.

Tampoco hay relación entre el sangrado de implantación y la concepción natural o la fecundación in vitro. Es algo completamente independiente del proceso por el que haya tenido lugar el embarazo.

¿Qué debo hacer si se produce este sangrado?

En principio no hay que hacer nada, porque es un proceso natural que no implica riesgo alguno para el embrión. Tan solo recomendamos observar si el manchado se ajusta al patrón de un sangrado de implantación por su cantidad, duración, color, etc.

En el caso de que sea abundante, de un color rojo intenso y va acompañado de fuertes dolores sería recomendable consultar con el especialista, para descartar cualquier otra pérdida por un motivo distinto.

¿Cuánto tiempo después del sangrado de implantación puedo hacerme un test de embarazo?

Ante la sospecha de que estén teniendo un sangrado de implantación, muchas mujeres se ven tentadas de realizar un test de embarazo que les confirme que la gestación sigue su curso. Pero, lo cierto, es que no recomendamos realizar ninguna prueba en esta fase porque los resultados no serían fiables. Probablemente el resultado del test sería negativo porque aún sería demasiado pronto para detectar la hormona del embarazo.

Sea por haber tenido un sangrado, o simplemente por los nervios de querer conocer cuanto antes si hay un embarazo, siempre es mejor esperar para obtener un resultado lo más fiable posible.

¿Qué otros síntomas pueden indicar que se ha producido el sangrado de implantación?

El sangrado de implantación no tiene síntomas en sí mismo, más allá de estas características que hemos enumerado y que ayudan a identificarlo. Pero, una vez que lo hemos reconocido, sí que puede considerarse indicativo de un posible embarazo. Y se suma a los síntomas que nos pueden dar algunas pistas sobre la existencia o no de una gestación.

Aunque, siempre insistimos en que cada caso es particular y no podemos establecer un patrón de síntomas que se presenten en todos los embarazos para saber reconocerlos. En base a la experiencia, sí que podemos enumerar algunos de los síntomas habituales tras la implantación embrionaria en el útero:

• El propio sangrado de implantación. Como ya hemos dicho, a veces ocurre, a veces no, pero nos ayuda a saber qué está pasando dentro de nuestro cuerpo.

• Molestias en las mamas. Hay mujeres que experimentan cierta hinchazón, tirantez o sensibilidad en los senos.

• Dolor en la espalda, sobre todo en la zona lumbar.

• En algunos casos náuseas o vómitos. Incluso rechazo hacia ciertos olores o sabores.

• Necesidad de orinar más frecuentemente de lo habitual.

• Más ganas de dormir y cierto cansancio.

Pero, insistimos, en que todo esto son generalidades, que aunque son habituales en muchos casos, no siempre se producen y no debemos tomarlas como síntomas para descartar o confirmar que se haya producido la implantación del embrión en el útero.

 

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